Bayardo, una de las tres arqueras que representarán a México en los Juegos Olímpicos de Río 2016, explica que no bebe mientras estudia o entrena, sino sólo en su tiempo libre.
De adolescente se iba de juerga por rebeldía: salía de casa sin pedir permiso o avisar a sus padres, por más que le advirtieran de los riesgos de la ciudad donde vivían: Tijuana, Baja California. “Todos sabíamos que estábamos pasando por una mala situación”, expresa Bayardo.
Ana Gabriela tiene 22 años. Nació en Tijuana el 18 de febrero de 1994, y se recuerda como una niña “muy llorona”. Sus padres se separaron en 2009 y, un año después, comenzó a viajar a las concentraciones en la Ciudad de México. Al estar lejos de su casa, apunta, no resintió en gran medida el divorcio de sus progenitores, como sí le pasó a sus hermanos.
Pero se volvió rebelde. “Siempre he sido una persona muy alegre, que le gusta mucho estar activa. Todas esas cosas se salían de los límites. De hecho, muchas cosas pasaron porque mi papá no puso límites”.
El tiempo cura las heridas, resume. “Con el transcurrir de los días todos maduramos. De hecho, mis padres viajarán juntos a Río de Janeiro, pero la verdad no quiero que se reconcilien. Así estamos bien”, y ríe.
Cuando niña, su papá y su hermano jugaban juntos beisbol. Y ella trató de integrarse practicando ese deporte, además de softbol. “Sin embargo, cuando intenté jugar softbol, de inmediato me inscribieron a clases de hawaiano. Mi papá siempre fue de la idea de que los niños con los niños y las niñas con las niñas”.
En la primaria jugó basquetbol los últimos dos años, y en quinto grado fue seleccionada para el equipo de tiro con arco. Desde entonces está en la disciplina, compitió en los torneos estatales y en la Olimpiada Nacional, certámenes en los que obtuvo títulos.
Buscó participar en Londres 2012, pero no clasificó. Eso sí, levantó el campeonato por equipo –con Aída Román y Alejandra Valencia– en los Juegos Centroamericanos Deportivos y del Caribe Veracruz 2014, y fue sexto lugar individual.
En mayo pasado, la Federación Mexicana de Tiro con Arco dio a conocer quiénes conformarían el representativo femenil de tiro con arco: Aída Román, medallista de plata en Londres 2012, quien apunta a una presea en Río; Ana Gabriela Bayardo, y Alejandra Valencia, quien en julio de 2015 consiguió el pase olímpico durante el Mundial de Copenhague, donde el equipo integrado por Román y Karla Hinojosa alcanzó los cuartos de final.
Ese mes, Bayardo ganó el metal de bronce en la Copa del Mundo en Colombia. “El primer paso era estar en los Olímpicos y el segundo es obtener un buen resultado”, asienta.
Alejandra Valencia
Los de Río 2016 serán los segundos Olímpicos de Alejandra Valencia. Pero estuvo a punto de quedar fuera por razones extradeportivas: durante meses la doble campeona panamericana en Guadalajara 2011 fue marginada de la selección nacional.
En noviembre de 2015, Valencia, quien radica en su natal Hermosillo, fue requerida vía Whatsapp por la Federación Mexicana de Tiro con Arco para concentrarse, con el resto de sus compañeras, en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM). Sólo que le pusieron una condición: debía presentarse sin su entrenador, Miguel Ángel Flores.
“La federación me condicionó. Si deseaba ir a los Olímpicos tenía que viajar sola a la Ciudad de México, sin nadie más, porque el entrenador nacional (Lee Wong) es el responsable de toda la selección”, relata.
Alejandra no se presentó; alegó que no fue informada oficialmente. Así, fue obligada a disputar el derecho de integrarse al representativo nacional femenil en un nuevo proceso de evaluación.
Valencia, quien nació el 17 de octubre de 1994 y aspira a la presea olímpica, pidió un trato justo y digno para su instructor de toda la vida. La sonorense explica que todo lo que ha conseguido en su carrera deportiva es producto del plan delineado por Flores.
Ella cursaba el quinto semestre de la licenciatura en diseño gráfico en la Universidad de Sonora, pero tras el llamado suspendió sus estudios. “Así que en cuestión de materias, voy como en el segundo semestre, ya que sólo puedo llevar dos o tres materias para cumplir con los entrenamientos. Mis compañeros se gradúan el próximo año, y yo no voy ni a la mitad”.
Valencia Trujillo comenzó su carrera deportiva a los siete años, “de manera circunstancial”. Se define como una persona “muy floja” y contradictoria: “No m...