ALÍATE CON LA NEUROCIENCIA

Todos quisiéramos dominar la facultad de tomar las mejores decisiones, aquellas que redunden en nuestro propio beneficio y en el de quienes amamos. Desde el punto de vista neurocientífico, tal habilidad está intrínsecamente ligada al funcionamiento coordinado de diversas estructuras cerebrales que permiten procesar la información, evaluar alternativas y prevenir consecuencias. Lejos de ser un acto intuitivo o azaroso, la toma de decisiones implica un proceso profundamente racional y emocional, en el cual la mente y el cerebro colaboran de manera sofisticada. El córtex prefrontal, por ejemplo, ubicado en la parte frontal del cerebro, es fundamental para ejercer decisiones, ya que es responsable de funciones ejecutivas como la planificación, la inhibición de impulsos y la anticipación de resultados. En nuestro artículo de portada, revisamos todas las regiones cerebrales implicadas junto…