Tras el reposo y la dejadez estivales llega el momento de ceñirse el hábito, que parece haber encogido, y prepararse para el otoño en ciernes. Un trabajo que el horticultor responsable, que arrancó las malas hierbas a tiempo, terminará en cuatro pasadas de guadaña: herramienta básica para el mantenimiento del terreno y que, complementada de una túnica negra, también sirve para ahuyentar del terruño a los ancianetes ociosos que te ofrecen feedback no solicitado sobre horticultura.
Desgraciadamente, la mayoría irresponsable deberemos enfrentarnos a una huerta tan repleta de maleza que, en lugar de trabajar, nos impulsará a salir corriendo en dirección contraria y gritar “¡JUMANJI!” a ver si así desaparece. Si es tu caso, siempre podrás acudir a remedios tradicionales como la cría de ovejas (“de buen comer y amantísima compañía…
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El Jueves (Digital) - 1 Issue, No. 2403