EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DE LA DICTADURA, LA SALUD DE FRANCO FUE TRATADA COMO UN ASUNTO DE ESTADO, EN EL QUE POR ENCIMA DE SU SUPERVIVENCIA SE ENCONTRABA LA NECESIDAD DE TRANSMITIR AL PUEBLO LA SENSACIÓN DE QUE EN NINGÚN MOMENTO SE PRODUCÍA UN VACÍO DE PODER. Los problemas médicos del dictador comenzaron en 1974, cuando fue ingresado tras sufrir una tromboflebitis, que a punto estuvo de derivar en embolia pulmonar. Aunque de forma más leve, en 1975 volvió a experimentar un nuevo cuadro tromboflebítico, presagiando un indudable deterioro de su salud.
El 12 de octubre de aquel año, le comenzaron a doler los hombros y el pecho. Inicialmente se pensó en una gripe, pero tras un electrocardiograma se confirmó que se trata de un infarto. Los problemas se agudizaron…
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Clio (Digital) - 1 Issue, No.217